El mercado central de Valencia es un magnífico edificio de estilo modernista que se empezó a construir a principios del siglo XX, en 1914.

Históricamente, desde la expansión de la ciudad en la Edad Media, este siempre fue lugar de venta donde se colocaban los comerciantes al aire libre ofreciendo sus productos. Como hemos dicho antes, en 1910 el Ayuntamiento otorga el proyecto a los arquitectos Alejandro Soler y Francisco Guardia. Ambos arquitectos se formaron en la escuela de Arquitectura de Barcelona.

Está situado junto a otros dos grandes monumentos de la ciudad, la Lonja de la Seda y la iglesia de los Santos Juanes. Siendo de épocas tan diferentes, el conjunto arquitectónico en la plaza resulta completamente armonioso y bello. Las líneas del mercado son muy bellas y ofrecen un espectáculo visual espectacular.

En 2004 comenzaron las obras de rehabilitación integral del edificio cuyo espléndido resultado podemos admirar ahora.

Es cierto que la vida de una ciudad palpita en sus mercados. El de Valencia nos ofrecerá esa maravillosa sensación de dinamismo y ajetreo propia de esta actividad. Todos los mercados de Valencia y en general, me atrevería a decir que los de toda España, ofrecen una mercancía y un género con una calidad excelente y a unos precios muy competitivos. Personalmente, en algunos países extranjeros, una de las cosas que he echado mucho de menos ha sido la variedad y la calidad de productos de nuestros mercados.

Este mercado central es el más grande de la ciudad, por lo que es el que dispone de más puestos de venta. Es un verdadero espectáculo, todos llamativos, coloridos y preparados con mimo. Paseando por su interior, disfrutamos de los puestos, los colores, las gentes, los sonidos y la exquisita variedad de productos frescos al alcance de la mano. Todo un lujo para los sentidos. Al mismo tiempo, mientras corremos sus pasillos, no olvidamos levantar la vista de vez en cuando. Admiramos así el incomparable lujo de este edificio modernista que nos envuelve.