Los Jardines de Monforte son para mí, sin duda, el parque público más bello y romántico que tenemos en Valencia.
Son de estilo neoclásico y datan de 1849 cuando D. José Vich, Barón de Llaurí vendió este solar a Don Juan Bautista Romero Almenar, Marqués de San Juan. El marqués encargó a un arquitecto valenciano, D. Sebastián Monleón Estellés, la construcción del jardín en 1872. Pasó a manos municipales en 1970. El Ayuntamiento lo restauró y lo abrió al público en 1973.
Sus 33 estatuas de mármol blanco situadas por toda su superficie, le dan ese aire de belleza clásica que lo ennoblece. Contiene también numerosas fuentes y surtidores de agua, paseos cubiertos, senderos escondidos y un gran estanque central con forma de flor de nenúfar.
Para acceder a los jardines, atravesamos el palacete por la entrada principal en la Plaza Legión Española. En el edificio solo podemos visitar la planta baja ya que la superior se utiliza por el Ayuntamiento para la celebración de bodas.
Como curiosidad, las estatuas de los dos leones en la entrada del jardín iban destinadas a la escalinata del Congreso de los Diputados. Fueron realizadas por el escultor José Bellver Collazos. Sin embargo, no se colocaron allí porque se consideró que eran demasiado pequeñas. Finalmente fueron adquiridas por el marqués de San Juan quien decidió comprarlas para su jardín y ahí siguen orgullosos defendiendo la entrada al jardín a la salida del palacete.
Los Jardines de Monforte nos ofrecen un rincón apacible, tranquilo y romántico del que podemos disfrutar en cualquier momento en nuestra ciudad.