La calle Roteros se encuentra muy cerca de las torres de Serranos y comunica la calle Serranos con la Plaza del Carmen.
En las actuales Torres de Serranos existía en la muralla árabe la puerta que ellos llamaban Bab al-Qantara (Puerta del Puente). Más tarde los cristianos la llamarían Puerta de Roteros que también dio nombre al poblado de Roteros.
El origen del nombre Roteros es muy curioso. Viene de la palabra en latín «rothorium«. Esta palabra designaba una pequeña balsa con agua en la que se ponía a macerar el lino o el cáñamo. Precisamente en esta zona, fuera de las murallas y muy cerca del río, era donde los árabes primero y después los cristianos trabajaban estas plantas para fabricar cuerdas y tejidos utilizando estos «rothorium». Podemos imaginarnos el trabajo de rotar, dar vueltas continuamente a esas plantas para prepararlas y poder trabajarlas adecuadamente.
Al principio de la calle, en el cruce con la calle Palomino se encuentra el histórico Horno Montaner que está aquí funcionando desde 1932 y son ya la tercera generación que gestiona este horno tradicional.
Además de la excelente calidad de sus productos, el local asombra porque todo el muro izquierdo es un lienzo de la muralla árabe del siglo XI y se puede apreciar tanto desde el exterior, como desde el interior. Cuando estaba fotografiando la fachada y el muro exterior, enseguida salió el dueño, Vicente Montaner el cual amablemente me invitó a pasar dentro para admirar esta joya histórica del siglo XI que con tanto cuidado se esfuerzan en mantener.
En el arrabal de Roteros los Carmelitas fundaron el convento del Carmen en 1281. Se encuentra al final de esta calle y hoy es el Museo Convento del Carmen.
La calle Roteros está llena de restaurantes y sitios muy agradables para parar, descansar, comer o tomar un tentempié. También se encuentra aquí el Museo Casa de las Rocas. De noche hay un ambiente muy animado y agradable.