El puente de las Flores conecta el centro de la ciudad con el barrio de la Xerea. Diseñado por Santiago Calatrava, se inauguró en diciembre de 2002. Fue necesario construirlo porque había que ofrecer un paso alternativo mientras se sustituía el puente de la Exposición por otro nuevo durante las obras para la estación de metro Alameda.
Tiene 10.500 jardineras o macetas con flores que inicialmente se cambiaban tres y cuatro veces al año. Se trataba de ofrecer un homenaje a Valencia, la tierra de las flores, pero ese mantenimiento lo convirtió en el jardín mas caro del mundo. Como norma general se cambiaban tres veces al año. En enero se ponía ciclamen, en el mes de marzo, geranio o murciana y en Navidad la colorida Flor de Pascua. El año 2016 se decidió no colocar más la Flor de Pascua porque solo duraba un mes.
Cada vez que se cambiaban las flores el gasto era de 90.000 €. Afortunadamente, con el cambio de gobierno el año 2015, se empezó a racionalizar un gasto tan excesivo. Se sustituyó y se reparó la red de riego, se mejoró el sustrato y se están utilizando plantas que con buenas prácticas jardineras pueden aguantar hasta dos años sin necesidad de cambiarse.
Durante unos meses el estado y la imagen del puente fue de un abandono lamentable. Sin embargo cuando se pusieron en práctica las nuevas medidas, el puente volvió a lucir todo su esplendor y belleza con un considerable ahorro. El Puente de las Flores volvió a ser el puente más llamativo de la ciudad y el más fotografiado.
¿Y esta torre?
La torre circular que se encuentra en un extremo no tiene nada que ver con el puente y tampoco es ningún monumento histórico. Se trata de una toma de agua que ya no se utiliza. Hace unos años llenaban aquí los camiones cisterna que limpiaban las calles.
El día que vinimos a hacer las fotos, unos jóvenes estaban practicando un curioso juego «medieval» con mamporros y cadenas, pero de plástico.